"Esto también pasará".
Era el lema vital de su abuela y así se lo inculcó.
Tanto lo creía, que cuando Jaime le abandonó, lejos de dejarse llevar por la desesperación, se puso su mejor ropa y salió a disfrutar de la noche.
Liath
"Esto también pasará".
Era el lema vital de su abuela y así se lo inculcó.
Tanto lo creía, que cuando Jaime le abandonó, lejos de dejarse llevar por la desesperación, se puso su mejor ropa y salió a disfrutar de la noche.
Liath
Leyó la misteriosa invitación que le fue entregada con tanto misterio.
La propuesta era interesante, pero... ¿Quién sería K?
Liath
Hoy, tan solo la brisa que entraba por la ventana, la acariciaba.
¿Le echaba de menos? Terriblemente.
Pero también sabía que había tomado la decisión correcta.
Liath
Sorprendió a su solitaria vecina oliendo una flor, la última del árbol de la plaza, y, nuevamente, no supo que pensar de ella.
Liath
Lástima que los momentos fueran tan breves, tan furtivos.
Que dulces le parecían entonces aquellos besos; cuanto más prohibidos sabían que eran, más los disfrutaban ambos
Liath
Estaba tan cansada...
Tan sólo deseaba estar tan en calma como el mar que tenía delante, pero hasta eso parecía estarle vedado.
Liath
Sara, que nunca perdía la esperanza, por mal que pintaran las cosas, no podía elegir otro nombre para su pequeña.
Liath
El camino, sin duda, fue duro y solitario.
Aunque, en ocasiones, creyó vislumbrar a aquellos que, lo sabía, le guiaban y protegían.
Liath
Por el camino de entrada se acercaba una mujer con un extraño atuendo.
¿Qué buscaría tan inoportuna, y no deseada, visita?
Liath
Luisa tenía la mirada y la mente fijas en los apuntes y no vio la notificación que indicaba que Rober la llamaba...
Liath
Pese a ser los únicos habitantes que quedaban, no lograban llevarse bien y estaban perpetuamente enfadados.
Hasta aquel día en que...
Liath
Aquel estúpido robot se empeñó en no reconocerle -ni a su contraseña- y le impidió el paso a su hogar.
¿Cómo iba a ayudar a Lucy si no podía llegar hasta ella?
Liath
Un día más, nos encontramos.
Como cada vez, una charla intrascendente y una despedida.
¿Quedaban en el aire cosas más importantes que no decíamos, o era sólo cosa mía?
Liath
El día se tornó luminoso y cálido. El paisaje era impresionante.
Y él olvidó el enfado por el fastidioso encargo y comenzó a canturrear por lo bajo.
Liath
En mitad de la nada era imposible regatear.
Ellos tenían lo que quería y él estaba dispuesto a darles su alma, si era necesario, para conseguirlo.
Liath
Cruzaron la calle enlazados por la cintura, sin ser plenamente conscientes del hecho.
Fue un acto involuntario que expresaba lo que sentían y aún no habían expresado.
Liath
Siguiendo el sonido de su voz, encontró la puerta que le llevó al mundo real, donde le esperaban.
Liath
Como respuesta a la llamada a sus ancestros, los vasos y botellas que colocó en el altar a modo de ofrenda, estallaron en mil pedazos.
Liath
Según la carta, debía tomar las riendas del asunto y actuar ya.
Pero... ¿y si lo que creía interés por parte de él no lo era? ¿Y si se exponía y él la rechazaba?
Liath
El Dios vigilaba a la familia escogida sin que nadie pudiera desentrañar la expresión de su rostro ni sus intenciones para con los humanos.
Liath
La noche había sido tan perfecta que no podía borrarse la sonrisa de la cara.
Aún podía sentir cada beso que ella le había dado marcados en su piel.
En sus sueños se veía rodeada de riquezas, pero siempre sola.
Nadie la acompañaba en ese mundo que ella creía maravilloso.
Liath
No pintaba bien, pero se mantuvo tranquila y firme.
Liath
Disfrutando del desayuno en la terraza de su casa, sopesó sus posibilidades y sonrió satisfecha al darse cuenta de que cualquier camino que tomara era mejor que lo que dejaba atrás.
Liath
Recorrió el pueblo buscando su antiguo hogar.
Tan sólo encontró muros a medio derruir y, en el lugar donde tantas horas felices pasó, un giganteco árbol se erguía ahora, cobijando a numerosas aves.
Sonrió enternecido.
Ángela sentía tanto amor, y tan puro, hacia todas las criaturas, que cambió para siempre las vidas de los que tuvieron la suerte de tenerla en su vida el breve tiempo que duró su existencia.
Liath
Tan libre se sentía, tan a salvo, que se durmió en la trasera de la camioneta, al aire libre, sin preocuparse de que nadie la importunase.
Sus amigos y familiares se preguntaban qué veía en aquel hombre de gesto adusto.
Ella callaba y sonreía para sus adentros.
Liath