En su cabeza sólo había sitio para una cosa, las motos, y estaba dispuesto a enfrentarse a cualquiera que intentara disuadirle de perseguir su sueño.
Liath
En su cabeza sólo había sitio para una cosa, las motos, y estaba dispuesto a enfrentarse a cualquiera que intentara disuadirle de perseguir su sueño.
Liath
Como botones era un desastre, pero era único para arrancar sonrisas y destensar el ambiente de la oficina.
Liath
Por más que lo intentaba, no llegaba a alcanzar a entender qué era lo que había dicho para que ella se escandalizara tanto y le mirara llena de dolor.
Liath
No es que tuviera demasiado apetito, pero aún así fue a comprar su acostumbrado menú al lugar donde una sonriente Ana le esperaba ya.
Cerró los ojos lo que le pareció un segundo.
Cuando los abrió, dejaba atrás un maravilloso jardín en flor, para entrar en la casa de su infancia donde la esperaban desde hacía mucho, demasiado tiempo.
Liath
Aislada de lo que le rodeaba.
Concentrada en el libro y en la música, lo único que la sostenía esos días, no le vio llegar...
Liath
Cansada de ilusionarse con seres que terminaban rompiéndole el corazón, decidió retirarse a un lugar aislado, donde nadie pudiera volver a dañarla.
Liath
Liath
Como si, del algún modo, hubiera adivinado lo ocurrido, Ramiro corrió raudo a dar consuelo a su madre.
Liath
Elisa pintaba mientras, en el patio vecino, Roberto practicaba con la guitarra.
Esbozó una sonrisa pícara.
¿Y si...?
Liath
Con la excusa perfecta para dar rienda suelta a su locura (se celebraba San Patricio), salió a divertirse.
Liath
Cada uno en una punta del mundo, realizando actividades de su vida cotidiana.
Todos se pararon un instante, al mismo tiempo, como si alguna alarma invisible les hubiera alertado de lo ocurrido.
Liath
El rostro se mantenía oculto bajo la capucha del manto negro que apenas cubría el cuerpo que tan bien conocía.
¿De veras era ella?
Liath
Ella no podía alcanzarla porque estaba siempre lejos, muy lejos de ella.
Liath
Clara lo abandonó todo tras su ruptura con Carlos.
Se fue a un pequeño villorrio y se dedicó a cuidar su jardín.
Y aprendió a ser feliz.
Liath
Con orgullo, fue a recoger su premio.
No sólo había vencido el reto, había superado las críticas, la falta de fe en ella, las presiones y, sobre todo, a su misma.
Liath
Incluso que ellos, tan diferentes, pudieran dar rienda suelta a su pasión.
Liath
Volver al pueblo, reencontrarse con sus amigos de infancia (los que quedaban), compartir disfraces y risas en el carnaval...
Sin duda, fue la mejor idea que había tenido en años.
Liath
Y fue en Lyon, lugar al que no le apetecía viajar, donde volvió a encontrar la inspiración y las ganas de vivir.
Liath
El magnífico animal observaba desde la distancia, como dándonos la bienvenida a su territorio. O eso esperaban.
Liath
Perdida en su mundo, inmersa en el libro que la aislaba del mundo real y sus problemas, no oyó entrar a Javier...
Liath
Ante el estupor de todos, Aitor soltó las muletas que le lastraban y se puso a caminar tras sus hermanos.
Liath
Amaba aquel rincón del mundo con todo su corazón, incluso después de lo ocurrido.
Era incapaz de odiarlo aun cuando sólo le traía dolorosos recuerdos.
Liath
Juntos planificaron un mundo donde todo era paz, igualdad, amor y felicidad.
El tiempo diría si la empresa llegaba a buen puerto.
Liath
Ni de casualidad creía que los extraterrestres (si existían) vinieran a visitarnos sólo para hacer dibujos en los campos.
Pero... ¿quién en el pueblo tenía el talento para crear aquella maravilla?
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